Desde mediados de marzo hemos experimentado cambios en las dinámicas de consumo en los centros comerciales y mercados del Ecuador. Primero una especie de asalto descontrolado y acaparamiento de víveres por parte de un reducido grupo de personas que nos hizo imaginar el fin del mundo y alarmarnos con ideas de escasez. Luego restricciones, controles de temperatura y procesos de desinfección para ingresar y adquirir los productos necesarios. Ahora estamos a punto de enfrentarnos a una nueva etapa y no sabemos exactamente qué esperar. En algunos mercados el virus ha sido controlado, pero no eliminado y estamos conscientes del peligro de contagio que se corre en estos lugares. Pensar en esta nueva normalidad equivale a imaginarnos un escenario con segundas olas de contagios. Frente a esta campaña que ha estado promocionando el gobierno "Yo me cuido", también los mercados están pensando en nuevas medidas o reforzar las ya establecidas. Para la generación de mercados globales según la revista IAlimentos se han identificado tres líneas temporales donde se destacan las condiciones de los negocios encaminadas a la recuperación y reactivación de la economía en medio de la enorme recesión que atraviesa el mundo. Evidentemente el comercio minorista se ha visto afectado y el ambiente de los consumidores como su presupuesto monetario será muy distinto al que se tenía antes de la cuarentena. A raíz del aumento del desempleo en todo el mundo y los no alentadores pronósticos de los negocios, surgen dos tipos de consumidores:
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Existe mucha polémica al respecto, pero al parecer será un hecho en Ecuador y comenzará a usarse el cannabis. Al menos en la industria de alimentos ha generado mucho interés por ese hilo grueso pero invisible que existe entre lo cuestionado y lo prohibido. Se han alimentado por varios años las esperanzas de aceptar este producto con carácter medicinal en algunos países de latinoamérica y el nuestro no se queda detrás. Esta planta tiene una variedad de aproximadamente 80 compuestos que la hacen candidata para disímiles aplicaciones industriales, llamando de esta forma la atención de muchas compañías. El cannabis con altos niveles de THC es más conocido como marihuana y se ha regulado como un psicoactivo, pero el que no contiene más de un 0,3% sobre una base activa de peso seco, es más conocida como cáñamo y en 2018 fue eliminado de la Regulación como droga en Estados Unidos con la promulgación del Proyecto de Ley Agrícola de ese mismo año. Esto trajo consigo la división entre la sociedad y los compuestos de la planta. ¿Qué es el THC? Para los que no se relacionan bien con el término, el THC (Tetrahidrocannabinol) es el componente psicoactivo del cannabis, y se vincula con estos dos receptores en el cerebro humano. El CB-1 influencia el placer, el apetito, la memoria y la concentración, mientras que el CB-2 modera la sensación de dolor, y juega un rol en las homeostasis en ciertas partes del cuerpo, tales como el riñón y el hígado. Además es el componente responsable de que, después de consumirla, te den ganas de comer una pizza e irte a dormir. Incrementa el apetito y la aumenta la sensación de placer al comer, además de que produce somnolencia. Es por esto que se utiliza en tratamientos contra el insomnio y la pérdida de apetito. También es el THC el que afecta la memoria a corto plazo. ¿Qué es el CBD? Por su parte el CBD (Cannabidiol), interactúa con receptores como el GPR55 o el 5-HT1A. No es psicoactivo, aunque trabaja de muchas formas con el THC para contribuir al efecto del cannabis. De hecho, contrarresta en varios aspectos a los efectos del THC, por lo que su proporción es importante para determinar la sensación que produce la marihuana. El CBD reduce la sensación de ansiedad que causa característicamente el THC, y tiene propiedades antipsicóticas que balancean los efectos más fuertes del colocón que es el trastorno temporal de las capacidades físicas y mentales a causa del consumo excesivo de alcohol o drogas. Además, está asociado con el desvelo y la energía, por lo que también se complementa con el THC, aunque si se busca un efecto sedante lo mejor es que la proporción de CBD sea baja. En cuanto a la memoria, también reduce el deterioro causado por el THC, así que las variedades con bajo CBD son las que más te harán quedarte preguntándote dónde habrás dejado la cabeza que tienes encima de los hombros. EXPECTATIVAS Aún cuando los marcos legales para la producción de alimentos con THC y CBD están dilatados, las expectativas son altas y esto los convierte en tendencia. Desde el año anterior a la promulgación de la Ley, ya se había predicho esta tendencia por la Asociación de Alimentos Especiales de Estados Unidos. Desde entonces muchas son las empresas que han estudiado las oportunidades de lanzamiento de infusiones de cannabis en lugares donde ya es legal. Actualmente de los 50 estados de Estados Unidos, 33 han legalizado el cannabis para uso medicinal y 10 lo han legalizado para uso recreativo solo en adultos mayores de 21 años, entre ellos Washington, D.C. Indistintamente las leyes que rigen la venta de este producto en alimentos difiere de un estado a otro. La empresa de sabores y fragancias Bell Flavors & Fragrances, lanzó el año pasado una nueva gama de extractos y sabores naturales entre los que se encuentra el extracto de cáñamo, encontrando como principales obstáculos en el uso del CBD como ingrediente: la estabilidad térmica; al ser soluble en aceite, requiere de emulsiones para aplicaciones y, por último, contar con proveedores que garanticen concentraciones de THC inferiores al 0,3 %. Sumémosle a esto el hecho de que los extractos de cannabinoides son aceites extremadamente amargos y difíciles de enmascarar debido a su naturaleza muy similar al alquitrán. Aunque se ha podido evidenciar la poca importancia que le prestan los consumidores a este hecho, ya que la mayoría están interesados en los beneficios sin importarle estos aspectos. Por esta razón se han desarrollado enmascaradores que logren la permanencia de los componentes aunque no consigan eliminar del todo el sabor y el olor característico. UN MERCADO QUE PROMETE
Según algunas estimaciones de BDS Analytics, el mercado de alimentos y bebidas con infusión de cannabinoides alcanzará los US $ 5.9 mil millones para 2024 en todos los canales, incluidos los dispensarios de cannabis. Se cree que la industria de bebidas de infusión, las instantáneas, productos de panadería y repostería serán los que mayor opciones de aplicación tendrán. En Europa ya se han podido apreciar algunos productos a partir del cáñamo, llamando la atención de curiosos y conocedores, en estos se puede apreciar en la etiqueta la hoja de la planta en sí. Se le ha considerado un “superalimento” debido a su alto contenido en omega 3 y 6, junto con una proteína altamente digerible compuesta por todos los aminoácidos esenciales”. Por sus beneficios nutricionales ha adquirido mayor relevancia en estos mercados. En Latinoamérica las expectativas están marcadas por la alta disponibilidad en estas zonas de la planta y se cree que no necesiten desarrollar un gran número de enmascaradores para el mismo, pero sí sabores que respondan a la demanda. No obstante el carácter legislativo será quien regule la demanda de estos productos y ahí estará el dilema de los productores. De forma general el futuro de los ingredientes de este sector dependerá de el aumento de países que permitan el cultivo y procesamiento legal del cáñamo, el ascenso de las inversiones que promuevan la investigación y desarrollo del producto y el grado de interés de los consumidores por el contenido nutricional de la planta. De forma general muchos se han preocupado por la garantía que ofrecen las industrias de alimentos a sus trabajadores y desde luego los productos que salen de ella. Hemos escuchado también noticias de contagios masivos en plantas procesadoras de alimentos en Estados Unidos como el caso de Tyson Foods que se presentaron 900 casos y eso encendió las alarmas en el resto de los continentes. En algunos casos se presentaros cierres masivos de industrias alimentarias, no solo por el comprometimiento con los trabajadores, sino por una cuestión de seguridad alimentaria. Algunos cierres se han presentado de forma indefinida y otros han optado por el cierre parcial, reducir las horas de trabajo y el personal a cargo de la producción, otros han reestructurado las áreas de trabajo para conseguir el distanciamiento necesario para evitar contagios. No se han podido determinar los factores que inciden en el comportamiento de los contagios a nivel industrial, ya que los empleados además de trabajar, luego se desplazan a sus domicilios, tienen vida social y no se puede asegurar que los contagios sean netamente en el lugar de trabajo. Otros factores como la circulación del virus y el grado de apertura entran a jugar un papel fundamental que se sale del alcance de las compañías. Mientras no exista una vacuna, ninguna empresa podrá garantizar totalmente el que sus trabajadores no se contagien. En todos los casos, incluyendo a América latina, la misión es reducir al máximo la posibilidad de contagios en las industrias de alimentos. Las recomendaciones como en cualquier otro sector se replican, tanto en los planes de contingencia, en los flujos de procesos y producción, como en la infraestructura para adaptarlas a las nuevas condiciones y límites de distancia. Las medidas de protección personal siguen siendo las mismas, 2 metros de distanciamiento, mascarillas y lavado frecuente de manos. En este sentido las empresas deben garantizar los medios de protección personal para cada operario, sea cual sea el puesto o labor que realicen. A esto se suma el monitoreo de la temperatura corporal y el control de los demás medios de protección a través de cámaras de seguridad, etc. La Organización Mundial de la salud (OMS) también se sumó a la preocupación y elaboró una guía provisional de orientación para todos los actores de la cadena de producción de alimentos. Señalando en este sentido cinco medidas fundamentales para implementar en el interior de las plantas. Guía básica para la industria
Se presume que estas transformación en las industrias alimentarias podrían traer cambios en la eficiencia de las mismas, aunque se ha podido conocer de ajustes que han permitido trabajar por grupos y equipos de trabajos más dinámicos, haciendo un uso efectivo del tiempo y dinamizando la producción, logrando de esta forma adaptarse a las nuevas condiciones sin comprometer la calidad ni la cantidad de productos.
ALGO NOVEDOSO Para una mayor adaptación y efectividad de estas medidas algunas compañías tecnológicas han lanzado novedosas soluciones que emplean identificación por radiofrecuencia (RFID), Bluetooth y (IoT) Internet de las cosas, como se le conoce, todas ellas puestas en función del control de las medidas antes mencionadas. También se ha conocido del reciente lanzamiento de Triax Technologies de una herramienta que puede emitir alertas en caso de que le distanciamiento no se cumpla, este también se puede utilizar para el rastreo a través de dispositivos portátiles para los trabajadores. NANOTECNOLOGÍA PARA DESINFECCIÓN Sí, como lo lee. Un grupo de investigadores de la Universidad de los Andes de Colombia, en alianza con la empresa Multinsa, anunciaron el desarrollo de un virucida y microbicida no tóxico, que contiene un agente químico nanotecnológico que destruye hongos, bacterias y virus, incluyendo el coronavirus. Ya que se ha comprobado la supervivencia del virus en superficies como el plástico y el acero inoxidable por aproximadamente 72 horas, de 4 horas en el cobre y 24 horas en el cartón. Esto a pesar de que la desinfección en las plantas procesadoras de alimentos se considera segura y que la OMS ha nombrado los productos que cumplen con los criterios para su uso contra el SARS-CoV-2, el nuevo coronavirus que causa la enfermedad COVID-19 y donde se resaltan cinco principios activos comunes: peróxido de hidrógeno, fenólico, amonio cuaternario, hipoclorito de sodio y timol, los cuales deben aplicarse a las superficies siguiendo exclusivamente las recomendaciones de los fabricantes para evitar intoxicaciones. Algunos profesionales en el ámbito investigativo están inmersos en el desarrollo de alimentos que inactiven el virus, esto a pesar de no existir evidencia de que los alimentos sean vectores de contagio y de que es ya conocido la inactivación del mismo a través de altas temperaturas como el caso de la pasteurización. También se está investigando el uso de altas presiones, ya que es un tratamiento estudiado hace más de una década para preservar las características organolépticas y nutricionales en alimentos a la vez que se logra ampliar la vida útil del mismo. No existe un estudio que valide esta aplicación, pero se supone que si ha logrado inactivar otros patógenos, también pueda hacerlo con este. |
AuthorMirelys Mejías Denis: Ingeniera en Alimentos, apasionada por las Tecnologías Alimentarias, la Nutrición y los aditivos alimentarios. Comprometida con el uso de materias primas responsables y saludables. Archives
Enero 2021
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