No basta una simple etiqueta con la información nutricional o de consumo. Los consumidores nos hemos vuelto más exigente con todo lo que adquirimos en el mercado, tanto así que ya no es suficiente la trayectoria de la marca o precios, confían más en el origen, proceso y materias primas del fabricante. Se ha hecho común el que la mayoría observe el listado de ingredientes en los productos que ponen en su canasta. Esto les permite tener una idea del contenido de su producto, aunque en la mayoría de los casos no conocemos en qué consisten, ni la cantidad exacta agregada. De la misma manera algunas marcas optan por colocar un slogan o frase "verde" para atraer a un tipo de público que sí se preocupa por el medio ambiente y los procesos que están detrás de un producto. Partamos del término: ETIQUETA VERDE O también conocidas como etiquetas ecológicas, estas se destacan por los indicadores o distintivos que identifican los productos o servicios que tienen un impacto ambiental reducido durante todo su ciclo de vida. ¿Qué persigue el etiquetado verde? Pretende asegurar una comunicación ambiental confiable entre empresas y consumidores para estimular el continuo mejoramiento del medio ambiente. Sus criterios de mejora están basados en su mayoría en el análisis del ciclo de vida de los productos y servicios. El (ACV) análisis de ciclo de vida es una herramienta que fija un marco de estudio de los servicios y productos desde que comienzan su fase de producción hasta que son depositados o reciclados. De esta forma la herramienta nos ayuda a identificar, conocer y evaluar el impacto medioambiental de un producto o servicio durante todo su ciclo de vida. Cuando el resultado es favorable, entonces reciben la etiqueta ecológica. No en todas las regiones del planeta funcionan igual, tenemos la etiqueta ecológica europea, la etiqueta AENOR Medio Ambiente y Aenor Ecodiseño. Fases del ciclo de vida que evalúa ACV
En la actualidad y a raíz de lo que nos ha tocado vivir en el último año quizás, los consumidores están siendo más conscientes y exigentes con respecto a la sostenibilidad del planeta y la huella que cada persona deja sobre él. Así también quieren y les preocupa que los productos que van a consumir sean ecológicos. Esto obliga a las empresas a elaborar productos con un impacto ambiental reducido y con menor consumo de energía en su producción, que sean reciclables, reutilizables y con un diseño ecoeficiente.
Los que ostenten esta etiqueta, tanto productos como servicios estarían garantizando un impacto ambiental menor que otros productos del mismo tipo y así estarían aportando como empresas un valor agregado a su marca y llevando información útil a sus consumidores. Todo esto se traduce en consumidores más preparados y conscientes de su responsabilidad con el medio ambiente, en mejores decisiones de compra y consumo. Lo que consuman hoy, tendrá definitivamente un impacto en lo que consumirán sus hijos y nietos en algunos años.
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